Código Civil, a punto para salir de campaña en 2015.

El Senado le meterá mas presión a un final de verano caliente en el Congreso. Mientras el Código Procesal, la ley de telecomunicaciones, el acuerdo aAlejandro Vanoli como jefe del BCRA, a jueces, fiscales, camaristas, diplomáticos y militares salta de Cámara a Cámara para llegar a cumplir con todo el trámite antes del 17 de diciembre, enmascarado en proyecto de senadores avanza otro pedido de la Casa Rosada, apurado y con bases técnicas cuestionables, el adelantamiento de la entrada en vigencia del Código Civil a finales de 2015 en lugar de 2016 como fijó la ley que sancionó ese código unificado.

El proyecto, con firma y autoría de Aníbal Fernández, entrará en debate hoy en la Comisión de Asuntos Constitucionales y está todo previsto para que el dictamen se emita en tiempo récord.

Está claro que la idea de adelantar el Código no partió del Senado. Hace unos 20 días, Miguel Pichetto y Fernández proclamaron en una declaración que el nuevo Código Civil ya era conocido lo suficiente por la población como para demorar su puesta en vigencia y anunciaron la presentación del proyecto.

Como suele suceder en estos casos y sin desmentir a los senadores, el pedido de adelantar la vigencia del Código le llegó a Fernández directamente de la Casa Rosada.

Las razones del cambio pueden ser muchas. Se argumenta que Cristina de Kirchner quiere bloquear la posibilidad de una reforma al Código después del 10 de diciembre del año próximo si éste no está en vigencia para ese momento. Es cierto que la presión para modificar algunos articulos, algo que la oposición por cierto anunció, deberá ser mayor si el Código esta en aplicación.

Pero hay otro elemento más cercano a la política aún que ése: la campaña. El Gobierno quiere mostrar durante 2015 en la práctica todo lo que promocionó del Código y utilizarlo antes de las elecciones: matrimonio, divorcio y derechos individuales pueden ser ítems más que rentables en la campaña.

De ahí la última referencia que hizo sobre la materia. Asignándole la paternidad de la idea al dúo Pichetto-Fernández, proclamó que adelantar la puesta en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial responde a un "clamor o demanda popular". Ahí comienza a tener sentido el porqué del apuro en poner en vigencia el Código.

El mundo académico tiene otra visión: una modificación con unificación de los códigos Civil y Comercial como la que se aprobó en el Congreso lleva ajustes al sistema jurídico que pueden exceder el año y de ahí que viera con lógica que jueces, camaristas y la propia Corte Suprema se tomaran dos años para activar esos cambios y explicarlos en decenas de cursos y seminarios internos que están programados. De hecho, en la Facultad de Derecho ni siquiera se comenzaron a modificar los programas en las cinco materias en que se dicta Derecho Civil para ajustarlas al nuevo Código.

Extraído del link http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=769467