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VOLVIÓ A LA ARGENTINA LA MUJER RETENIDA EN EGIPTO PORQUE NO LE DABAN EL DIVORCIO

Ahora iniciará una batalla judicial para encontrarse con sus hijas, a quienes no ve desde 2015 y quedaron en El Cairo.

Carolina Pavón es una misionera que en el año 2002, durante un viaje a El Cairo, conoció a un contador egipcio llamado Amud Abdasala, con quien se casó un año más tarde. Juntos volvieron a Buenos Aires donde nació su primera hija en 2004, pero como el hombre no consiguió adaptarse a la diferencia de costumbres, volvieron a Egipto donde tuvieron a su segunda nena. Entonces fue cuando el amor, que había nacido tan repentino, empezó a desaparecer de la misma manera.

De golpe, el hombre del que se había enamorado la obligó primero a cambiar sus costumbres y su ropa, y después empezó a ponerse violento. Ya no la dejaba salir de su casa, le pegaba, la consideraba de su "exclusividad". Así empezó la batalla judicial de Carolina para conseguir el divorcio y poder salir de Egipto.

Su historia se hizo conocida recién en septiembre de 2016 cuando en un último recurso desesperado pidió la intervención del Estado argentino para resolver su situación. Finalmente en las últimas horas la autorización que estaba esperando llegó y logró volver a su provincia natal, Misiones, aunque sin sus hijas, a quienes no puede ver desde fines de 2015.

"No estoy bien, el alma necesita unos días para recomponerse", manifestó la mujer a los medios locales en Puerto Iguazú, donde ya se reencontró con su familia. Se mostró agradecida también con todos aquellos que la ayudaron y anticipó que ahora empezará una nueva lucha para encontrarse con sus hijas y conseguir un régimen de visitas.

Un apoyo clave

Gabriela Arias Uriburu fue una de las personas que acompañó la lucha de Carolina desde el principio. El caso de Gabriela fue emblemático en ese sentido. Sostuvo una pelea durante 13 años para volver a ver a sus tres hijos que estaban retenidos por su esposo en Jordania. Hoy, cuando recuerda ese infierno, sostiene que tuvo que "pasar por muchas muertes" suyas pero que no guarda rencores con nadie. "Con odio, no podría seguir”, afirmó la mujer, quien hoy encabeza la Fundación para los Niños Unidos del Mundo