LA MEDIACION PREJUDICIAL OBLIGATORIA, UNA REALIDAD INSTALADA EN LA PROVINCIA DE BS AS
Hablar del rol del abogado hace a la relación de todos los que participamos en Mediación, los que trabajamos juntos día a día y a esto vamos a dedicarle algunas reflexiones.
Luego de las partes, los abogados que las representan son los actores fundamentales de este proceso. Al ver esto claramente vamos encaminándonos hacia el desafío que es entendernos, trabajar mancomunadamente y advertir que somos operadores del derecho en todos los terrenos de la justicia.
En la Mediación se necesita dar el protagonismo al cliente porque el Mediador hará hincapié ahí y trabajará con el material de su conflicto para que, en última instancia, el cliente se haga responsable del mismo.
Primero tengamos en claro que el Mediador espera siempre trabajar en forma positiva y productiva con el abogado. Que es una relación colaborativa, no competitiva, y que los abogados son el faro académico en la Mediación.
Hay dos temas interesantes sobre los cuales reflexionar: los preconceptos que se tienen sobre la mediación, ya sea por prejuicios, formación académica, malas experiencias en resolución alternativa de conflictos, etc. y las expectativas con las que lidian los abogados, ya sean las propias, las que genera el cliente, el juzgado sorteado y la sociedad en general.
Desde tiempos pasados, hay una creencia más o menos generalizada que dice que "los abogados no resuelven los casos en tiempo y forma aceptables". Esto es complicado para el abogado, que claramente sabe que muchas veces su actuación está puesta en tela de juicio (valga la redundancia) como así también la del sistema judicial, del que el Mediador forma parte. Entonces nos preguntamos ¿qué tiene la Mediación para decir con respecto a esto? y ¿cuánto legitima la Mediación al abogado?
La Mediación se basa en el empoderamiento de las partes. Por consiguiente para el abogado asesor hay una valorización y revalorización transitiva.
En la Mediación el abogado es fundamental y la tarea en este espacio es entender los intereses de las partes y facilitar el trabajo para la solución. Lo importante sería tener en mente que el problema que nos trae el cliente es para solucionarlo. El abogado que participa en la mediación debería asumir una actitud de colaboración y negociación enfocándose en interrumpir la escalada del conflicto y lograr su pronta solución.
La función de los abogados, sería guiar y asesorar a sus clientes antes y durante el proceso de mediación para que puedan resolver sus conflictos de manera más eficiente y expedita y cambiar la historia del conflicto.
En el proceso de mediación el abogado asistirá en el análisis de la controversia; podrá traer información pertinente y que facilite la resolución del conflicto; también podrá redactar los acuerdos que contienen los términos y condiciones de lo discutido y acordado.
La mediación, es una oportunidad para que los abogados desarrollen sus destrezas de análisis, estrategia, negociación y resolución de conflictos. Cada día son más los abogados que, conscientes de la necesidad de desarrollar habilidades de resolución de conflictos, están receptivos a experimentar esta alternativa y se han dado a la tarea de educarse sobre este mecanismo rápido y eficiente.
También se presenta un desafío con respecto al lenguaje y la decisión. En su libro Crónicas del Angel Gris, dice Dolina que dijo Sábato: "el pensamiento científico parece tener mayor poder cuanto menos se lo comprende".
En Mediación, el uso de un lenguaje llano y sencillo, le permite al justiciable encontrar una ventaja desde el punto de vista de la comunicación. Esta adecuación, donde se simplifican los términos del discurso de acuerdo al contexto en que se comunica, no implica la pérdida de la seriedad o de precisión en la transmisión de los conocimientos sino el acercamiento a las partes y la posibilidad clara de que ellos entiendan su problemática y puedan tomar sus decisiones conectando al derecho con la realidad.
En el proceso decisional, manejar más información, transmitida lo más claramente posible, nos da como resultado una mayor certidumbre. Para las partes, uno de los principales escollos con los que se enfrentan son las incertidumbres que les generan los procesos, tanto el de Mediación como el de Litigio, de ahí la necesidad de manejar esta incertidumbre, darle prioridad y encontrar soluciones que traigan aparejadas la confianza en la Justicia, ese ideal por el que trabajamos todos, jueces, abogados y Mediadores. No olvidemos, estamos todos para dar servicio y para atender al justiciable, somos pares y estamos en la primera línea de acceso a justicia
Para finalizar y en otro orden de ideas, decimos que el futuro es el abogado colaborativo. La pregunta sería ¿es más importante un abogado litigante o uno negociador y colaborativo?
Hoy contamos con el proceso de Mediación Judicial Obligatoria, una instancia en la que el abogado puede lucirse frente a su cliente, acuerde o no. El cliente ve a su abogado en función del conflicto frente al otro abogado, cómo maneja los temas, cuál es su templanza, etc. Todos estamos bajo la atenta mirada de los clientes en este proceso “en vivo y en directo”. De ahí el reto enorme y atrapante.
El nuevo paradigma de la era, me arriesgo a proponer, es un abogado con eficiencia técnica en derecho y negociación asistida.