El magistrado habló del marco regulatorio aprobado esta semana, con una mirada progresista y en sintonía con los cambios de la fisonomía social del país. Además, se refirió a las declaraciones del titular de la Sedronar respecto de no perseguir criminalmente al adicto, con argumentos que la ley ya ampara pero que la fuerza de seguridad y una porción de la sociedad resisten.

  El titular del Juzgado Civil Nº 1 Río Gallegos, Carlos E. Arenillas, es además especialista en Metodología de la Investigación y profesor adjunto en Derecho Empresarial de la UNPA. Ayer, en diálogo con Tiempo FM,  analizó el Código Civil y Comercial unificado que se sancionó el miércoles, y que incorpora nuevos derechos adquiridos a través de una serie de leyes aprobadas en la última década, como el matrimonio igualitario y los derechos de los consumidores, e incluye nuevas regulaciones en materia de matrimonio, divorcio, contratos prenupciales, fertilización asistida y nuevas formas de propiedad colectiva, entre otros aspectos.

“Lo que se viene es un Código adaptado a nuestra realidad”, dijo Arenillas respecto de la norma que comenzará a regir desde el 1° de enero del 2016, por cuanto “tenemos un año y pico del Código viejo, que es del año 1869, el famoso Código de Vélez Sársfield y que, en estos 150 años, todos vamos a coincidir que el concepto de persona, de familia, de propiedad, de responsabilidad,  todo ha cambiado de una manera bastante vertiginosa”.

Pero además “no podemos olvidar que en la reforma constitucional de 1994 se estableció en el artículo 75, inciso 22, que los pactos internacionales de derechos humanos que Argentina había suscripto constituyan ley interna, esos pactos obligan a adecuar la legislación local a las premisas de esos pactos” y frente a eso “había ya una necesidad histórica de reformar el Código Civil”.

El Juez quiso dejar en claro que este nuevo marco jurídico que regla la vida humana desde su nacimiento hasta su muerte, “es producto de una necesidad que tiene un sentido histórico y buscó adaptar los aspectos mas generales de las relaciones civiles, que hoy son completamente distintas a las de Vélez Sársfield en 1869”

Objeción de consciencia

Con la reforma, la figura del Matrimonio Igualitario sancionado en 2010 para ampliar derechos, se incorpora al nuevo Código Civil y Arenillas fue consultado si acaso quedaban aún resabios en la Justicia de una mirada de reparo frente al tema.

“Puede existir, pero hace tiempo que yo no veo que ningún juez plantee una `objeción de conciencia`, como sí recuerdo que se planteó en su momento con la ley de divorcio vincular”, dijo

Pero además, otro aspecto “paradigmático” sancionado fue el hecho de que ahora la Justicia tendrá un plazo de 90 días para determinar la situación de “adaptabilidad” de un niño u adolescente. Este último incluso antes no existía en el viejo Código, que los definía como “menor púber”. 

“Se generan términos de adopción, que simplifican los procesos de adopción y ponen el foco en los derechos del niño a adoptar, y no de los posibles padres adoptantes o de los padres biológicos” algo que “se va a entrelazar con la Ley de Adopción que se acaba de aprobar recientemente en el Congreso”, añadió.

Una perspectiva más ágil

El juez Arenillas opinó que la norma que pasa de 4.500 artículos a 2.671 en total, fue el producto de “una comisión que tiene tres cabezas visibles: Ricardo Lorenzetti, Kemelmajer de Carlucci y Highton De Nolasco y participación de más de cien juristas” por lo que “es un producto novedoso e importante”, aunque “en la bicameral sufrió algunos cambios que uno por ahí le pueden gustar mas o menos” sostuvo.

Arenillas y la despenalización del consumo personal

“Yo estoy totalmente de acuerdo con la despenalización del consumo de estupefacientes para consumo personal, dijo el Juez de esta capital al ser consultado mas tarde sobre las declaraciones de Juan Carlos Molina, titular de la Sedronar.

“La idea de Molina solamente tiene foco en la no criminalización del consumidor, no tiene que ver con la despenalización o la legalización de las drogas” aclaró, asegurando sin miramientos que “lo que pasa hoy es algo bastante extraño y contraproducente” porque “cada vez que se detiene a una persona con una baja cantidad de marihuana, por ejemplo, se dispara todo el circuito judicial hasta que llega a un juez que dice que, en función del precedente Arriola, no corresponde perseguir criminalmente a esta persona” argumentó.

Entonces la idea de Molina que podría constituir un proyecto de ley “anticipa esa decisión judicial, siempre que hablemos de pequeñas cantidades en el ámbito privado, no en la calle, no en un parque, porque eso podría afectar los derechos de terceros”. Otro tema distinto es la legalización, sobre lo cual marcó distancia, ya que a su entender “el país no está maduro para ese tipo de decisiones”.